TODO OCURRIÓ EN UNA CENA
TEXTO. Juan 12:1-8.
INTRO. Jesús estaba llegando al final de su vida en la Tierra.
- El ir a Jerusalén para la Pascua fue una acción del más extraordinario valor, porque las autoridades ya le habían proclamado fuera de la ley.
- Tan considerable era el gentío que llegaba a Jerusalén para la Pascua, que no podían todos conseguir alojamiento en la ciudad.
- BETANIA era uno de los lugares fuera de los límites de la ciudad que la ley establecía como aptos para admitir el exceso de peregrinos.
- Cuando Jesús llegó a Betania, sus amigos le organizaron una cena y lo hicieron en la casa de Marta, María y Lázaro.
- La escena es una cena celebrada para recibir a Jesús, quizás en gratitud por la resurrección de Lázaro, y para darle la bienvenida después de una breve jornada por lugares no muy lejanos.
- Marta sirve la cena, Lázaro está sentado a la mesa con otros invitados, entre ellos JUDAS ISCARIOTE, quien aprovechará la ocasión para expresar su desencanto con el ungimiento.
- Esta es la única ocasión en Juan donde encontramos a Jesús en un banquete público.
MARIA, LA MUJER QUE HONRA A JESÚS.
- Mientras que otros se regocijan sentados a la mesa con Jesús, aprendiendo de él.
- María, que antes había estado sentada a sus pies, se siente impulsada, por el amor de su corazón, a usar de esta oportunidad para probar su fe y afecto con un sacrificio personal.
- Para ella, en aquel momento, era más bienaventurada dar que recibir.
- Y desde luego hay momentos en nuestras vidas en que nos será más bienaventurado dar que recibir, alabar que pedir.
- María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio; JUDAS calculó su valor como en trescientos denarios.
- Al precio actual, sería probablemente un sueldo de diez meses cuanto más costoso fuera, tanto mejor para el profundo propósito del amor de María.
- Los adoradores hipócritas se contentan con darle al Señor lo cojo y lo ciego, algunas monedas y algún tiempo muerto, nunca atraviesan el umbral del santuario del servicio abnegado.
- María ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos, es posible dar incluso un presente costoso de tal manera que hiera el alma de quien lo recibe.
- El Señor ama al dador alegre; María no solo le ofreció a él su precioso tesoro, sino que también puso a sus pies su propia gloria personal, rindiéndose a su servicio.
- Aquel ungüento era tanto más precioso para El Salvador, porque el alma de la que le dio la ofrenda estaba en él.
- La casa se llenó del olor del perfume; un acto así de abnegación no podía dejar de ser sentido por todos los que lo vieron.
- Una ofrenda tan costosa es la de personas que llevan una vida consagrada y desprenden siempre un olor grato para Cristo.
JUDAS, EL HOMBRE CRÍTICO
- El único que no apreció la santa acción de María fue JUDAS.
- El olor del perfume derramado sobre el Hijo de Dios no le era grato a él, porque era ladrón, y hubiera preferido tener los trescientos denarios en su bolsa para su propio beneficio.
- Su hipócrita excusa era que hubiera podido venderse, y el dinero ser repartido entre los pobres.
- No porque tuviese interés por los pobres, desde luego, El Salvador de los pecadores sentía más interés por los pobres que él mismo.
- Al ver esto, los discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este desperdicio? MT.26:8.
- Judas, el hijo de perdición, no podía ver que la rotura de este frasco de alabastro y el derramamiento de su aromático tesoro sobre la Persona de Cristo era la consagración de ambos para el mayor servicio posible.
- Vale la pena observar que la palabra desperdicio empleada por JUDAS es literalmente la misma que emplea nuestro Señor al referirse a él como el hijo de perdición.
- Allí donde hay espíritu egoísta, hay también ceguera al honor y a la gloria del Señor Jesucristo.
- La visión que María tenía de Jesús era tal que la llevó a entregarlo todo de ella.
- Pero Judas no podía ver más allá de la negra sombra de su propio y pecaminoso interés.
JESÚS EL HOMBRE QUE JUSTIFICA
- Jesús le dijo a JUDAS déjala, para el día de mi sepultura ha guardado esto.
- Él comprendía el pleno significado de este servicio singularmente solemne, y siempre le da el mayor valor a este tipo de ofrendas.
- Aquella costosa ofrenda no fue en absoluto desperdiciada en Él, para su alma, en vista de su muerte y sepultura, constituía un grato aroma.
- El Hijo de Dios que se sacrificó por los pecadores nunca pondrá obstáculo alguno en el camino de un corazón lleno de gratitud que le muestre su devoción a Él en toda su amplitud.
- Él sabe que este amor y sacrificio tendrá su correspondiente recompensa.
MC.14:9. De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella.
CONCLUSIÓN.
Esta mujer había quebrantado todas las normas y le dio a Jesús lo mejor, esta muestra de afecto abnegado fue la parte principal de la fiesta.
Jesús respondió al desacuerdo de sus discípulos: a los pobres siempre los tenéis con vosotros, mas a mí no siempre me tendréis.
Todo este acontecimiento inesperado para muchos, pero que fue de gran estima para el hijo de DIOS, quedó registrado para memoria de las siguientes generaciones que irían a recorrer este camino del cristianismo
Y este acto maravilloso, lleno de amor por parte de esta mujer, todo ocurrió en una cena.